Con mucho optimismo, el crecimiento de Chile no superará el 2%

crecimientoEl sueldo de Chile entra en la peor y más brusca crisis de los últimos tiempos y el PIB se ve afectado de forma negativa como resultado de esta situación.

Si bien para muchos se trata de “una crisis más”, la actual no responde a las mismas características y circunstancias que las anteriores. A la caída de precios de las materias primas a nivel mundial, Chile suma una reforma laboral y una reforma tributaria que no provocan otra cosa que incertidumbre generalizada.

Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, definió las razones más importantes por las cuales Chile no superará un 2% de crecimiento en el 2015. Una de las principales razones, a su juicio es la caída del precio del cobre, que ha sido muy por debajo de lo presupuestado y se prolongará al menos por tres o cuatro años más. De esto se desprende una importante desaceleración económica y escasa inversión, principalmente la relacionada con minería.

Otra razón es la disminución del gasto (consumo) del sector privado, lo que también responde a una reacción “cautelosa” por parte de las personas. Sólo el gasto público ha experimentado un leve aumento, sumando al escaso crecimiento.

Un tercer punto, de bastante importancia es la desaceleración de la economía a nivel mundial, la que ha tenido consecuencias no menores en los principales socios de Chile, como lo son China, con menor crecimiento, y Estados Unidos, que parece repuntar, además de Japón y la Unión Europea.

Pese a este escenario tan gris, aún quedan sectores que contribuyen al crecimiento, como lo son agricultura y servicios, los que tardarán menos en recuperarse.

Para el año 2016, Bárcena prevé una pequeña mejoría, con un crecimiento de 2,1%. La reforma tributaria será un aporte, ya que aumentan los ingresos de las arcas fiscales, mientras que la conclusión de la reforma tributaria puede ayudar con brindar la imagen de estabilidad, que nos caracterizaba como país, y atraer inversionistas extranjeros. Pero la verdadera esperanza es la recuperación de China., que si bien se ve tímida, debiera registrarse un leve aumento en la demanda de metales, principalmente por la urbanización. La segunda esperanza es la recuperación de Europa, que ha sido lenta, pero certera.

Con la recuperación de estas potencias económicas, debiéramos alcanzar niveles superiores de crecimiento, jamás como aquellos que se registraban con lo mayores precios del cobre, pero algo ayudará.