La SMA se Empodera a pasos agigantados

SMA se empodera

Fuente: sma.gob.cl

Desde la creación de la Superintendencia del Medioambiente (SMA), hace tres años, este organismo se ha visto obligado a multiplicar su capacidad fiscalizadora. Son muchísimos los incumplimientos de normativas ambientales en diversas industrias, pero la Industria Minera le representa la mayor parte de los dolores de cabeza.

La SMA es un organismo especializado que ejecuta, organiza y coordina el cumplimiento de la normativa ambiental en Chile. A ellos les compete ejecutar, organizar y coordinar el seguimiento y la fiscalización de las Resoluciones de Calificación Ambiental. De las 68 sanciones que ha presentado en sus tres años de existencia, 29 aún no se encuentran a firme y a octubre de este año, acumula multas otorgadas por más de US$53 millones. La mayor parte de estas se ha registrado entre el 2014 y lo que va del 2015.

El Superintendente de Medio Ambiente, Cristian Franz, señala que esto es la respuesta al proceso de consolidación institucional y del diseño e implementación de una orgánica interna. En tres años pasaron de tener cuatro oficinas a tener 15 y de 100 funcionarios a cerca de 300.

La sanción más emblemática de la organización ha sido el de Pascua-Lama, que tras reclamos ante la justicia, su sanción  se está haciendo nuevamente. Hoy se están reevaluando las causas del SMA que generaron reveses judiciales con el fin de lograr triunfos en tribunales (de Justicia y Ambientales), mayores exigencias fiscalizadoras y sanciones más severas.

En lo que a sanciones y multas se refiere, la Minería lidera el ranking con cifras directamente proporcionales a su peso en la economía nacional. Desde el 2013 el valor de las multas aplicadas llega a más de 50.000 UTA, US$38 millones. Lo sigue, pero muy por debajo, Energía, con 9.000 UTA  e Infraestructura y Transportes en tercer lugar con 2.613 UTA.

En cuanto a la magnitud de las multas, de las cinco más grandes, cuatro han sido cursadas a la minería. Y esta tendencia sólo crecerá, principalmente porque los procesos de la SMA son más rápidos que el proceso de adaptación a las regulaciones.

Todos los sectores llevan décadas acostumbrados a una fiscalización blanda y poco rigurosa, esto se acaba con el SMA y los números de las sanciones y multas crecerán considerablemente en los años venideros.  Si bien puede verse como negativo por parte de las empresas, es la única forma de velar por el medio ambiente de manera ágil y eficiente con normativas que no hacen distinción entre sectores económicos.